¡¡¡¡¡VIVE!!!!!

Que injusto y triste sería quedarse en un Viernes lleno de dolor, de incomprensión, de dudas.... Tantos años detrás de alguien que te habla de que un nuevo Reino está cerca, que te habla de Amor a amigos y enemigos, que te habla de pequeñez.... Tantos años y tantos momentos junto a un Maestro y Amigo... y ahora....

Posiblemente resonara en los oídos de sus discípulos ese... "Dios mío, Dios mío... ¿Por qué me has abandonado?" Posiblemente todos pensaran en volver a sus vidas de siempre, a la "normalidad" de sus redes, a esa vida individual y oculta que les hiciera pasar inadvertidos, a una vida sin más complicaciones que el vivir mismo.

¡Que mezcla de sentimientos! ¡Cuántas dudas! ¡Qué no pasaría por la mente de aquellos que vieron a su Amigo en manos de aquellas personas que buscaban su muerte! Ver a ese Amigo maltratado, insultado, humillado, a aquel que tenían por Maestro y por Señor, clavado en una cruz como el peor de los delincuentes....

Pero.... ¡¡¡Siempre hay un pero!!!

Y la Justicia de Dios aparece. Aparece ese Dios que no abandona a su Hijo en la muerte, sino que lo llena de VIDA.

Jesús no se queda en la Cruz. Jesús VIVE.

Todos los miedos, dudas, tristezas.... desaparecen ante ese vuelco en el corazón al ver a Jesús, al Amigo, al Maestro, al Señor.... VIVO y Resucitado.

Jesús resucita, vive y nos llena a todos de Vida. A nuestro alrededor encontramos muchos miedos, incompresiones, tristezas, dudas, injusticias.... y a todas estas situaciones Jesús quiere llevar hoy esa VIDA.

Nuestros corazones se llenan de alegría al ver de nuevo con nosotros a nuestro Amigo. Ese mismo amigo que nos dice "Id y decid que vayan a Galilea, que allí me verán" La Resurrección de Jesús nos trae un nuevo encargo, llevar esa vida a quienes más la necesitan. Que la tristeza no gane a la alegría.
Ahora  nos toca ir a la Galilea de nuestro día a día, buscar a esos hermanos que todavía no saben o conocen esta nueva Vida, y llevarlos al encuentro del que VIVE para siempre.